-
Arquitectos: FM estudio
- Área: 130 m²
-
Fotografías:diezveinte
-
Proveedores: Knauf, FARO Barcelona, G-PLAN, ICONICO, JUNG, Mosaista, Muebles, The Masie, WILLIAM MORRIS
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Reformar no es sólo “cambiar de forma”, es también dar la posibilidad de re-usar o re-vivir; en definitiva, re-habitar. Simplemente, alterando el mobiliario en una vivienda, podemos darle la vuelta y adaptarla a nuevas necesidades. Tan sólo el gesto de cambiar los muebles de sitio nos ofrece un hogar nuevo. La falta de espacio o una organización deficiente en la vivienda, lleva a las personas a realizar transformaciones, pequeñas pero necesarias —trascendentes—. Podríamos decir que es el propio usuario quien la transforma. Quizás, de una manera inconsciente, también la diseña. A través de sutiles operaciones se modifica el espacio desde los objetos, más que desde la reforma, como la entendemos a priori, por su definición. En este caso, la intención es, precisamente, la de actuar desde pequeñas transformaciones -pero concretas- que dotan al espacio de nuevas posibilidades y que sean el soporte para habitarla.
Una familia, formada por un padre, una madre y su hijo, quiere reformar un apartamento de 130m2 con estancias orientadas a dos calles —norte y sureste—. Uno de los condicionantes principales era el de modificar lo menos posible las particiones y los sistemas de instalaciones de agua, gas y saneamiento por motivos económicos, por lo que la cocina y los baños no se mueven de su lugar. La propuesta gira en torno a la primera decisión, que es la de situar el comedor en el espacio que entendemos como centro de la vivienda, en un espacio que queda interior y que comunica, a la vez, con la cocina, el pasillo, la sala de estar y un patio interior. Esto desencadena el resto de operaciones: para tener un comedor siempre iluminado, la sala orientada al sur queda abierta a esta estancia; el gran espacio orientado a norte se divide en dos estancias de igual superficie, con la posibilidad de ser usadas de forma más o menos privada y, por último, se alteran las puertas de toda la casa, eliminando, abriendo o transformando algunos huecos en las paredes para variar la intimidad o funcionalidad —por ejemplo, usando una de las puertas que comunica la sala y el comedor como estantería y pequeño escritorio, compartidos por los dos ambientes—.
Ver la planta anterior a la propuesta, sin muebles, es ver el “contenedor”, algo que puede ser muchas cosas. Pero ver la casa con muebles es verla preparada para la vida. Además de la obra necesaria para hacer confortable esta vivienda, la mayor parte de las decisiones que se toman es la de colocar unos muebles, fijos o móviles, que, podríamos decir, es el proyecto en sí mismo.